El trágico episodio se registró en Yaga, un pueblo ubicado en la región de Krasnoyarsk, Siberia.
Las primeras informaciones aseguran que el niño, que había tenido varios episodios de sonambulismo durante el verano, salió de su hogar con ropa de cama liviana y descalzo y se sometió a temperaturas que superaron los 20 grados bajo cero.
La madre del pequeño Bogdan contó que, cuando despertó a las 6 de la mañana, notó que su hijo no se encontraba en su cama.
Salió a la calle, siguió las huellas y encontró el cuerpo sin vida frente a la vivienda de un vecino.
La Justicia rusa investiga los entretelones del dramático caso.