“Yo en realidad ganas de ser mamá no sé si tengo particularmente, sí tendría un hijo con Matías porque es un sol, es una persona hermosa que me despertó de nuevo algo que yo pensé que ya estaba. Es decir, yo no siento una necesidad personal de volver a ser madre. Tengo un hijo de 9 que es todo, pero lo veo a él y digo este es un tipazo. El es un hermoso desmedido y la verdad me gustaría con él o nada, sino cierro la fábrica”, detalló en la entrevista.
Esta experiencia sería muy diferente para Jimena porque cuando tuvo a Morrison no contó con la contención de Daniel Osvaldo. “Básicamente, lo haría para vivir la experiencia de un compañero y ver cómo es eso que no me pasó”, manifestó la cantante, que se siente “invencible” por el vínculo que tiene con su hijo de 9 años: “Mi hijo me dijo que soy invencible y lo tengo tatuado en el brazo. Él me escribió una carta y me dijo mamá cómo me gustaría que fueras invencible para enseñarme toda la vida. Me destruyó y me lo tatué, me lo escribió con error de ortografía y me lo tatué así y entendí que soy invencible porque soy la mamá de Morrison. Es así, no tengo opción”.
Jimena Barón se encuentra promocionando su álbum Mala Sangre, que al igual que en trabajos anteriores la tiene como compositora de sus temas, con mucho sobre su historia de vida personal. “Este disco estuvo guardado tres años, estoy muy feliz y gratamente sorprendida por el recibimiento. Mala Sangre es una frase que está en la canción Cruel y Despiadado, y hay algo en este lanzamiento que es atemporal, medio antiguo que no tiene que ver precisamente con los ritmos. Fuimos a San Emilio, que es la casa de mi bisabuela, el campo donde nosotros pasamos las infancias, la frase me pareció campestre, argentina, son dos palabras muy fuertes y hay algo en el álbum de que el amor nos puede poner malas y cuando encontré el término decía que justamente la sangre venía alterada de la medicina cuando a uno le pasaban cosas o estaba angustiado, es decir, hay un efecto físico químico en la sangre cuando uno no está bien”, explicó.
“En lo personal es un disco que me trajo mucha mala sangre hacerlo, esto fue en la pandemia, La Cobra Tour no lo pudimos finalizar después me pasaron cosas personales también. Fue un freno que nadie buscó y en ese momento me pregunté qué era lo que realmente quería hacer. Cuando tuve toda la calma y el tiempo del mundo vinieron tres años de experimento… Entendí que ahí estaba yo, mi verdad, mis experiencias, emociones, el empoderamiento y sentí que tenía que hacer un disco más verdadero. Mala Sangre terminó siendo un viaje por mí misma que estuvo buenísimo, desde mi infancia literalmente pasando por la puerta de la casa de mi bisabuela a otras cosas muy personales. Sin duda es un disco muy personal”.