Sus primeros pasos los dio en "Popstar", el reality musical del que salieron los grupos Bandana y Mambrú, y aunque no se consagró como ganador, al poco tiempo fue elegido para reemplazar a Ariel Puchetta en Ráfaga y su vida cambió repentinamente. "De juntar cosas en la calle, de trabajar con mi papá de albañil, pasé a que me pidan una foto mientras estaba comiendo", contó y señaló que perdió el control cuando dejó de haber paz en su relación con Antonella, su esposa, con quien está en pareja hace 21 años."Pasamos de estar hiper-enamorados con mi esposa y de compartir muchas cosas, de repente ya ser padres. Y una empieza con el coqueteo, después con ocultar y después no podés dejar tu teléfono arriba de la mesa o de la mesita de luz y ese ocultamiento trae un peso muy grande, porque uno está intranquilo todo el tiempo", dijo sobre sus infidelidades. "Ya no dormía tranquilo, porque quizás el teléfono sonaba y yo estaba ocultando algo que era una bomba para mi matrimonio", agregó.
Si bien no tenía la costumbre de tomar alcohol, Tapari comenzó a beber whisky para calentar las cuerdas vocales las noches en las que tenía muchos shows. "Yo sentía que cantaba mejor, pero era mentira. Me empezó a gustar y el alcohol pasó a ser una necesidad en cada show, llegaba hasta enojarme si no estaba", manifestó y le confió a Pauls que llegó a tomarse dos botellas de whisky antes de salir al escenario. Su adicción hizo que tocara fondo y lo llevó a tener dos intentos de suicido. Sin embargo, gracias a su hija Luciana se dio cuenta de que tenía que cambiar su estio de vida. "El click fue ver a mi hija pidiendo ayuda. Ese día me propuse pedir ayuda", relató el cantante, quien encontró refugio en la religión. "Hoy solté el alcohol por completo", concluyó.