La mayor debacle comenzó a verse a partir de septiembre del año pasado, ya que en ese mes las ventas por financiación bajaron 40,4%, respecto de igual mes del año anterior. Desde ese momento, todas las cifras se tiñeron de rojo: en octubre la caída fue de 44,9%; en noviembre, 47,7%, y en diciembre, 49,9 por ciento.
Sucedió que se configuró un cóctel de altísimas tasas de interés combinadas con un encarecimiento del precio final de los autos de 80%. En el primer caso, una tasa de 60% elimina toda posibilidad de toma de crédito, mientras que en el segundo caso la devaluación elevó el valor final de autos que tienen su cotización atada al dólar (7 de cada 10 vehículos que se venden en la Argentina son importados, mientras que el resto tiene gran parte de componentes importados).
En la Argentina, 48,1% de las ventas de autos se hacen a través de financiación. De ese porcentaje, a su vez, 53% se concreta por plan de ahorro; 30% por financiación propia de la terminal; 14%, a través de un crédito bancario, y el resto se lo reparten financieras y otros.
Si se analiza solo el plan de ahorro, una herramienta muy arraigada entre los argentinos, se puede ver que, según Acara, las suscripciones empezaron a caer levemente a partir de abril de 2018 (2,9%), pero el derrumbe se hizo evidente desde junio (-26,7%) hasta llegar a bajas de 57,5% en noviembre y 56,2% en diciembre. En tanto, en la relación entre patentamientos totales y patentamientos mediante plan de ahorro, se pasó de 30,9% en noviembre a 26,6% en diciembre.
