El hombre de 83 años transita una dura enfermedad y, recientemente, fue sometido a una intervención quirúrgica en Buenos Aires, según precisó Radio Mitre. La gravedad del cuadro empujó a que sus familiares pidieran una cadena de oración en pos de su recuperación, mientras permanece en coma inducido en la Clínica Trinidad Mitre.
El fanático de Rosario Central había asistido a la gala de los The Best organizada por la FIFA en su silla de ruedas, pero su estado empeoró en el inicio de 2024.
En medio de la efervescencia de la Copa del Mundo, brindó su testimonio para Infobae sobre lo que era su 13° presencia en un Mundial: "Fui el primer bombo en la historia del mundo en 1974. El primer bombo que entró en un campeonato mundial soy yo. Hice reportajes para todo el mundo, salí en todos los diarios más famosos del mundo. Después de cuatro años, en el 78, todo el mundo copió mi bombo, todo el mundo tocaba el bombo. Imagínate el orgullo para mí, pero el primer bombo de la historia del mundo soy yo. El segundo fue Manolo, que murió hace poco pobrecito. Manolo el de España, era famoso".
Su nieto, Matías Borre, contó la historia detrás de su abuelo en la serie La vida por la camiseta en declaraciones reflejadas por la CNN: "Mi abuelo representa a la hinchada argentina porque la sigue desde muy chico. He tenido la oportunidad de verlo con su bombo tocar tres horas: la hora antes y las dos horas del partido, y quizá tiene hasta la mano sangrando después de eso. Es el reflejo del hincha pasional argentino".
Luego de ganar el premio otorgado por la casa madre del fútbol, el icónico personaje declaró: "El hincha argentino es único en el mundo, no existe. Nosotros copamos todas las canchas. Los únicos locos que estamos en todos lados somos nosotros, los argentinos".
