Ibrahima Konaté a los 9 minutos del primer tiempo y Sadio Mané a los 17 y 45 de esa parte marcaron para los de Klopp, mientras que Jack Grealish y Bernardo Silva lo hicieron para los de Guardiola en la segunda parte. Parecía en los 45 minutos iniciales que todo se encaminaba a una goleada como no se recordaba en un clásico de tal magnitud entre los equipos que venían de deleitar con su enfrentamiento por Premier League que deparó un 2-2 delicioso por la calidad de juego desplegada por ambos, pero apenas comenzó el segundo tiempo el Manchester City llegó al descuento por intermedio de Jack Grealish y, además de dignidad, ganó impulso para ir por más.
Ahí Guardiola armó un esquema donde la defensa mejoró su equilibrio y el ataque, perdido por perdido, fue por todo. El gol en el comienzo del complemento los alentó y buscaron hasta el final, cuando Silva anotó el segundo pero ya sobre la hora, lo que les impidió ir por la épica.
Así, el Liverpool se clasificó a la final de la FA Cup.
