REDACCIÓN ELONCE
La Escuela San Francisco de Borja, de origen parroquial, fue fundada por el párroco, Padre Prudencio Vergara, en 1984. El acto de aniversario se convirtió en un verdadero reencuentro de la comunidad que celebró una historia que comenzó de manera modesta. "efectivamente estamos festejando los 40 años", confirmó Jordán Cura. La institución inició sus actividades con el nivel inicial y rápidamente se expandió.
Cuatro décadas después de su fundación, la escuela se ha consolidado como un centro educativo clave en la zona, ofreciendo una estructura educativa completa. Cura detalló el alcance actual de la institución: "Hoy ya contamos con dos turnos en primaria, dos turnos en jardín y tenemos un turno a la mañana de Escuela Secundaria".
Este crecimiento institucional se refleja directamente en el número de estudiantes a los que atiende la escuela en la actualidad. Al sumar todos los niveles, la matrícula de la escuela supera el medio millar de alumnos, confirmando la alta demanda de su propuesta pedagógica. "La escuela ha crecido bastante en estos 40 años. Hoy tenemos en primaria 450 alumnos entre jardín y primaria y 150 en secundaria, o sea, estamos con 600 alumnos ya", informó el representante legal.
El acto reivindicativo: honrando el legado docente
Un momento central de la celebración fue el reconocimiento a los docentes y miembros del personal que dedicaron años de esfuerzo a la institución. El homenaje subraya la idea de que el éxito y la permanencia de la escuela son un legado construido a pulso por quienes la hicieron crecer.
Jordán Cura insistió en la justicia de este reconocimiento: "Lo que hemos querido hacer es reconocer el esfuerzo y el trabajo de quienes participaron en muchos años en esta institución. Hoy estamos acá, gracias a ellos también". La ceremonia de reconocimiento fue descrita como un "justo acto reivindicativo de reconocer la gestión docente".
De un jardín a la formación secundaria: una trayectoria de cuatro décadas
El representante legal ahondó en la razón de ser de la escuela parroquial y su importancia social y espiritual. La institución busca formar ciudadanos que sean "personas de bien" con una base ética sólida. Cura fue explícito al describir la doble misión de la educación cristiana: "Inculcar y educar en los valores cristianos es muy importante a temprana edad para que esos niños puedan ser, en el futuro, personas de bien y también puedan, como entendemos los cristianos, al final de su vida ganar el cielo".