“Sin la ayuda de la gente no estaría vivo”. Con esas contundentes palabras Valeria Grimaux, la mamá del nadador rosarino Matías Bottoni, agradeció a todos los presentes en el club Echesortu, la institución que apañó deportivamente a su hijo, que desde el 10 de mayo pelea día a día para superar una grave lesión en la cervical.
La emoción invadió a todos los presentes que esperaban para dar inicio a las categorías promocionales de una nueva fecha del campeonato organizado por la Federación Rosarina de Natación. Es que, desde hace más de un mes, los responsables de la natación de Echesortu idearon un homenaje al nadador que se accidentó en el Campeonato Nacional de Mayores en el Parque Olímpico de Buenos Aires.
En el ambiente se sentía. Nadadores alrededor de la pileta, familiares en las tribunas y hasta por fuera. La natación era la excusa, Matías Bottoni era el motivo. El lugar que el joven de 17 años tantas veces utilizó fue el punto de encuentro de cientos de personas que exhibieron su apoyo. El club que Grimaux caminaba como su segunda casa, primero con Matías, luego con Juan Ignacio, la vio entrar luego de tres meses. “Esto es muy movilizador. No es solo una pileta, es un torneo siendo que la última vez que estuve fue un 10 de mayo en Carcarañá. Es difícil, son etapas que hay que enfrentar”, dijo Valeria.
Ese día, Valeria, que es oriunda de Paraná, y su esposo Luciano estaban en la localidad del departamento de San Lorenzo con su hijo más pequeño cuando recibieron el terrible llamado del entrenador de Matías Gustavo D’Andrea, quien les hablaba desde la ambulancia que trasladaba al joven al hospital Santojanni. El nadador había chocado con un colega en el ablande previo a la final de mayores. Sin dudarlo, los padres de Matías partieron para Buenos Aires para acompañar a su hijo. Y recién esta semana, Valeria invirtió roles con Luciano y regresó a Rosario para estar más cerca de Juan Ignacio, mientras que el padre está junto al nadador. Quien no se mueve de su lado es Martina, su novia, que nunca dudó de estar a su lado.
A punto de cumplirse tres meses, Grimaux aseguró que el retorno a Echesortu “significa mucho porque Matías no está”. Sin embargo, no tardó en retrucar: “Va a volver. Tengo fe y estamos haciendo todo para que así sea”.
Antes de comenzar la competencia, Gustavo D’Andrea comandó la foto inicial, que contó con más de 200 deportistas promocionales con un gorro con dedicatoria especial: las grullas acompañaban la estampa “Todos por Mati”. El equipamiento fue diseñado por la marca cordobesa Deutsch por iniciativa de padres y nadadores de Echesortu y otros clubes de Rosario. En los próximos días saldrá a la venta y la empresa se comprometió a enviar todas las ganancias para la recuperación que Matías realiza en centro de rehabilitación Aprepa de San Jerónimo Sud.
El gesto emocionó a Valeria, quien dialogó entre la entereza de una madre que pelea junto a su hijo y las lágrimas frente a “lo hermoso de ver cómo la gente quiere ayudar”.
El accidente de Matías fue atípico y atravesó a toda la natación. Ninguna pileta del país pasó por alto la lesión en la cervical que puso en riesgo su vida. Saludos, videos, regalos, miles de grullas, campañas y hasta un homenaje en competencia oficial fueron alguna de las acciones que se llevaron a cabo con Matías como eje. “Es muy querido. Hay muchos niños que lo siguen, que lo tenían de ejemplo. Sabía de la magnitud de mi hijo desde antes, pero después de que pasó el accidente, la semilla que plantó se expandió”, agregó Valeria.
La ayuda se extiende en cada rincón a los cuales Bottoni solía frecuentar y el "Todos por Mati" no es una mera frase. Para colaborar con la recuperación del joven se puede donar mediante transferencia bancaria a la cuenta de Luciano Bottoni en el banco Santander a través del CBU 0720101788000035926254 o del alias LUCIANOMARTINBOTTONI.
Cómo se encuentra Matías
El nadador de 17 años llegó a principios de junio al Centro Integral de Rehabilitación Aprepa en San Jerónimo Sud para comenzar una nueva etapa en su recuperación. Fue el cuarto centro que lo recibió ya que luego del Santojanni, fue derivado al Hospital Italiano, donde lo operaron, y más tarde al Instituto Fleni. Disgustados con la atención en este útimo espacio, los Bottoni buscaron un mejor lugar para su hijo y lo encontraron en Santa Fe.
En su última consulta con el neurocirujano Juan Gil del Sanatorio Parque se le realizó una tomografía y una radiografía en forma dinámica para observar cómo iba la cicatrización de sus vértebras. “Salió todo bien, se le está formando el callo necesario”, contó Grimaux. El objetivo ahora es esperar que se le unan las vértebras intervenidas quirúrgicamente y Matías así podría dejar de usar cuello ortopédico definitivamente, por ahora es retirado en ciertos periodos para fortalecer los músculos del cuello. Este avance le permite asistir a sus tres sesiones de hidroterapia sin este elemento y sumergir su cabeza debajo del agua.
Hidroterapia es una sesión particular para Bottoni. “Antes entraba como nadador y ahora como paciente”, reflexionó Valeria. Primero fue una sesión por semana, luego dos y ahora llegó a tres. No es lo mismo, la sensibilidad es otra y el control sobre la pileta es diferente, pero es un paso gigante para un joven que a pocos días de su accidente tuvo que soportar a médicos con panoramas no muy alentadores.
“Mati sigue el día a día, peleando. Siempre me pregunta cuándo va a volver a caminar o recuperarse y nadie le puede decir, pero sí le puedo decir que tengo fe y que hay que seguir adelante”, sentenció Grimaux.
Bottoni trabaja en Aprepa el control de su tronco. Dejó la silla de ruedas especial para pasar a una común, que a pesar de ser pesada puede manejarla. Mueve sus dos brazos con normalidad, pero mantiene ejercicios de movilidad fina en su mano derecha. (La Capital)