“Son responsabilidades de los Estados, no de la empresa, porque nosotros prestamos un servicio con los ingresos que tenemos; priorizamos el pago de los salarios y poder echarle combustible a las unidades”, remarcó y reprochó que se culpe a Buses Paraná de no querer prestar el servicio. Para Lischet “hay que sincerar los costos, como lo están haciendo con la luz y el gas”. “Por qué tiene que ser el transporte sobre el que no se dice con claridad qué es lo que pasa”, se preguntó. En la oportunidad, Lischet analizó que “los subsidios están yendo al usuario, pero los Estados nacional y provincial tienen que clarificar que a las tarifas no las fijas la empresa, sino que se establecen teniendo en cuenta los subsidios y lo que paga el usuario”. Y en esa línea especificó que, “para la empresa sería mucho más fácil que sea como antiguamente cuando al costo de lo que salía el servicio lo pagaba el usuario y no había compensaciones tarifarias”. Consultado entonces al gerente de Buses Paraná cuánto debería valer el boleto de colectivos urbanos, éste explicó que “si no estarían los subsidios, al costo kilómetro, que es de 450 pesos por unidad, hay que dividirlo por la cantidad de pasajeros; además de contemplar las bonificaciones que se hacen”.
“En Santa Fe aumentó a 99 pesos el precio del boleto de colectivos urbanos, y las empresas lo cobran; pero en Paraná sale 94 pesos y a nuestro bolsillo, con subsidio y todo, nos llegan 60 pesos porque hay demasiadas bonificaciones”, se quejó.
Asimismo, Lischet anticipó que “será muy difícil prever si el 1º de marzo estará lista la flota completa para cuando comiencen las clases”. “No podemos mantener las unidades si no tenemos ingresos y si bien hay menos unidades en la calle, pero al salario hay que pagárselo a todo el personal”, argumentó. (Elonce)