Subteniente de Reserva de Caballería del Ejército Argentino.
La Caballería encuentra su espíritu en aquellos nobles gauchos y criollos que pelearon montados en la búsqueda de la libertad nacional y también en esos ancestros que, desconociendo aún la cultura del viejo continente, galopaban nuestros suelos en plena armonía natural. Esa energía de lucha, sacrificio, lealtad y coraje fue mutando para volverse parte del brazo armado constituido que nos abraza en la actualidad. En el camino, dio vida – por ejemplo – a los históricos Granaderos del Regimiento que formó el Padre de nuestra Patria: el General San Martín. Pero, incluso allí la vida de la Caballería en nuestro territorio ya había visto las primeras luces como organización. Los Granaderos son íconos de nuestra historia sobre monturas y estribos, tanto así como los Coraceros, Lanceros, Infernales, Dragones, Cazadores, Húsares y Blandengues, que se distinguieron en incalculables blandeos de espadas, sables y lanzas en – por ejemplo - cada una de las batallas por la independencia; dando cabal muestra de la vocación de arrojo para cumplir los anhelos que el conjunto social de cada época afrontó. Incluso, se destacó la participación de integrantes de la Caballería en la última guerra convencional de nuestro país, en Malvinas.
Entre las versiones del Soldado de Caballería mencionadas, los Blandengues ocupan un lugar privilegiado en cada extremo de la historia de su evolución. En el principio y hoy. Sucede que el Regimiento de Caballería de Tanques 06 “Blandengues”, que hoy se ubica en Concordia, con capacidades blindadas como principal característica y desarrollando nobles tareas al servicio de la comunidad regional como un taller de oficios; apoyo humanitario durante las últimas inundaciones o prestaciones sanitarias durante la pandemia, es el primer antecedente (no solamente de la Caballería que hoy integra) sino del propio Ejército Argentino.
Lejos en el tiempo, en 1752 y sirviendo a la corona española, se crearon tres compañías de milicias que ocho años después serían el cuerpo de Blandengues de la frontera que lucharían a sangre por la integridad de la comunidad del Río de la Plata. Fueron marcando tendencia para la conformación de otras organizaciones armadas tras cada hito que marcaban, incluso defendiendo Buenos Aires en las invasiones inglesas de 1806 y 1807. Tras su protagónico rol en la última etapa del virreinato y en la mismísima semana de mayo, formaron parte del nacimiento del Ejército Argentino que daba los primeros pasos para constituirse como un todo organizado a la hora de hablar de agrupaciones armadas. Así, luego de una extensa hoja de ruta a lo largo de todo el país, y bajo la denominación citada a comienzos de párrafo, tiene su asiento de paz en Entre Ríos donde también tuvo la responsabilidad de ser la Escuela de la Caballería hasta 2003 y formar a los nuevos integrantes del Arma.
Las mujeres y hombres de la Caballería de hoy mantienen viva la llama de aquellos primeros gauchos, sosteniendo los valores que forjaron nuestra Patria en cada actividad que desarrollan. Mientras las operaciones equinas o mulares siguen siendo parte de su día a día, los blindados (Con el Vehículo de Combate Tanque Argentino Mediano – VC TAM y el SK-105 a la cabeza) y vehículos de exploración como el Polaris o el Hummer también son parte de la identidad de cada uno de ellos, tanto como el color grancé que los identifica. El tridente de variantes de su organización actual - según capacidades particulares como blindada, ligera o de exploración – bien puede retrotraernos a aquellas primeras tres compañías organizadas que son el antecedente más extremo de la Caballería argentina. Incluso en esa conexión encontramos un ejemplo más de la presencia del peso de la historia en los integrantes del Siglo XXI: los tres escuadrones del Regimiento de Caballería de Tanques 06 “Blandengues” llevan los nombres “La Valerosa”; “La Atrevida” y “La Invencible”, al igual que aquellas tres formaciones creadas hace casi 300 años.
Hablar de Caballería es recordar, por ejemplo, hazañas y entregas de hombres como Lavalle, Necochea, Olavarría, Güemes, Paz, Cabral, San Martín y las tropas de estos. Es rememorar el Cruce de los Andes que marcó un punto de inflexión en la historia de América; es la nobleza en el binomio del jinete y su caballo; pero también es la potencia de fuego, la velocidad táctica, la posibilidad de infiltrarse hasta la profundidad del dispositivo enemigo, la protección blindada de los tanquistas y exploradores que actualmente están apostados en todo el territorio nacional dispuestos a dar sus vidas en defensa de nuestra soberanía nacional.
Todas esas tareas encuentran sustento divino en la figura de su santo patrono: San Jorge, cuya celebración coincide con este 23 de abril en gran parte del planeta. Él era un soldado griego que vivió en los años posteriores a 275 D.C y que se negó a cumplir la orden de perseguir a los cristianos del imperio, confesando practicar también dicha fe. Tras sus declaraciones, fue torturado para deponer su postura y asesinado luego de la imposibilidad de torcer su voluntad. Por esto, es uno de los mártires que más devotos encuentra en todo el mundo.
Cada integrante de la Caballería conmemora a San Jorge cada vez que, al servicio de la Nación, mantienen firmes sus convicciones, ideales y pasiones pese a las dificultades y tentaciones que se interponen. Fuente: (ElLitoral).-