Espectáculos Da Combate

"La mujer argentina se opera la boca y se olvida de estudiar"

Vivió en una isla hasta los 13 y repartió su adolescencia entre Inglaterra, España y Argentina. Sofía Mirabelli es brasileña, tiene 22 años, brilla en el programa Combate y defiende a Laurita Fernández: "Le tienen envidia".

Para entender por qué Sofía Mirabelli afirma conservar "una conexión especial con la naturaleza" será necesario remitirse a su pasado. Esta brasileña de 22 años transitó su infancia familiar en una isla de su tierra natal y repartió su adolescencia instalada en otras tres culturas bastante diferentes de la que corre en sus venas. Vivió también en Inglaterra, en España y en la Argentina, donde se encuentra actualmente siendo una de las participantes más carismáticas de Combate.

Su periplo internacional no fue por un mero paladar turístico, pues, en realidad, se la pasó viajando detrás de su esperanza de cumplir sus objetivos personales: estudiar diseño e indumentaria en las academias más prestigiosas, practicar surf y ¡jugar al fútbol!. "Es normal que crean que sos lesbiana cuando te ven amar tanto un deporte que mayoritariamente juegan los hombres. Haber las hay, pero no es mi caso. Mi ídolo es Rogério Ceni, pero siempre estuve enamorada de Alexander Pato ¿Mauro Icardi? Me parece hermoso. Me encantan los chicos tatuados", explica Sofía, nacida y criada en el denominado Morro de São Paulo-Bahía, donde "no hay autos, convivís día y noche con el mar y la vegetación, y la comida únicamente llega en barco".
-¿Qué vuelta le encontraste para poder estudiar?
-Hay escuelas, pero son un poco precarias. Por eso debía ir a estudiar a otro lado, a otra parte de la ciudad. Me tenía que levantar temprano, esperaba la lancha y después viajaba en un auto de alquiler para el último tramo. Era cansador, pero para mis padres los estudios siempre fueron una prioridad. Ellos nos han dado todo tanto a mí como a mi hermano, que es mi compañero de viajes. Nos amamos mucho, pero también nos peleamos mucho. Tenemos una onda de amor-odio que nos gusta a los dos.

-¿Cómo se dio tu desembarco en Combate?
-La verdad es que nunca lo busqué. No es que iba a los casting y esas cosas. Estoy en Buenos Aires hace tres años y se dio porque una amiga había estado ahí y un día me dijo: "Tenés que presentarte, vos que hacés deporte, andá a que vean lo que sabés hacer". Fui y quedé. Y sinceramente estoy viviendo una hermosa experiencia. No lo hago profesionalmente pero soy surfista, hago crossfit, entrenamiento funcional y represento a la facultad jugando al fútbol.

-¿Messi o Neymar?
?Y. . . como buena brasileña que soy tengo que elegir a Neymar, pero tampoco se puede desconocer el gran juego que tiene Messi. Estamos hablando de dos verdaderos cracks, la nacionalidad o el país al que pertenecen dejan de ser importantes ante dos grandiosos jugadores como ellos.
-¿Qué diferencias encontrás entre el prototipo estético de mujer brasileña y el de la mujer argentina?
-Lo que tiene la mujer brasileña que tal vez no lo veo en las de aquí es la alegría, la belleza interior, que es algo que siempre nos caracterizó. En las argentinas veo muchas bocas operadas y el deseo permanente de estar más linda, no de prepararse estudiando para ser alguien en la vida, sino para sentirse como una modelo. Eso un poco me molesta porque ya casi no se preocupan por lo interior. Sólo aparenta importarles la imagen, lo que se ve. Aparte, en el ambiente de la televisión se nota que las argentinas nunca se relajan, todo el tiempo están pensando en la competencia, son muy competitivas y creo que tienen que entender que en el mundo hay lugar para todos, no tenemos que andar preocupándonos por ocupar el lugar de nadie. Eso en Brasil no sucede tanto.

-¿Repercutió en Combate, puertas adentro, el escándalo entre Federico Bal, Laurita Fernández y el Pollo Alvarez?
-Soy cero cholula, de verdad, incluso yo no sabía quién era Federico Bal hasta que llegué al programa. Yo los veo normal, con nosotros tienen una relación muy transparente, son muy buenos compañeros. A Laurita le deseo lo mejor con Fede y el Pollo es un crack. Nunca han cambiado, ni antes ni después de todo lo que se habló. Es pura envidia.
Fuente: Paparazzi
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