Desde septiembre del año pasado las autoridades les solicitaron que se retiren. Florentino Cabrera señaló que vive allí desde 1990. “Ahora estoy jubilado, pero trabajé durante 40 años”, relató a Elonce TV. Aseveró que “le compré esto a un muchacho. Era un ranchito nomás y me empeñé para hacer algo mejor. La Policía me notificó que tenía que dejar acá, pero no enseguida. Después no vinieron más. A mi el ingeniero me dijo que el camino no pasa por acá”. “No tengo a donde ir y estoy preocupado, porque estoy viejo. Hacer otra casa para mi familia es medio difícil”, expresó.
Rosa, la hija del hombre remarcó que tienen un hijo con problemas de salud. “Tiene un soplo en el corazón”, además de otras cuestiones.
Por su parte, Diana, del centro de salud Jorge Newbery expresó que trabajan en conjunto con el centro de Salud Oñativia y con las escuelas a las que el chico concurre. Consideró que “se les puede pedir que desalojen, pero no nos parece justo sin una alternativa, porque han construido su vida y tienen su historia acá. Salir implicaría todo un cambio de vida”, opinó, por lo que reclamó que “no se vulneren derechos”.