Ahí fue cuando dos de los ladrones escaparon corriendo a los tiros hacia la calle Aguapey, donde el auto en el que llegaron los esperaba. Una cámara de seguridad del barrio registró la huida de los dos jóvenes que aún no fueron identificados, continúan prófugos y tendrían en su poder, según se investiga, una pistola 9 milímetros. El panadero, habló durante la mañana con los medios y se mostró arrepentido y pidió perdón. "Estoy arrepentido de lo que hice. No soy ningún asesino, soy un laburante. Agarré el arma y después la tiré", dijo en declaraciones a los medios.
"Pido disculpas. No fue a propósito. No soy nadie para sacarle la vida a ese pibe", agregó Gerardo.