La caótica salida de los alumnos, el tránsito cada vez más fluido, semáforos eternos e imprudencia hacen un cóctel explosivo que concluye en accidentes.
Por causas que se tratan de determinar una señora que retiraba a su hijo de clases chocó con otro rodado que iba en sentido opuesto.
Tanto ella como su pequeño hijo terminaron con lesiones, lo mismo que los motociclistas con los que había colisionado, una pareja de jóvenes que presentaron heridas y golpes.
En el lugar, vecinos reclamaron la presencia de inspectores para evitar accidentes y también llamaron a la reflexión a los conductores. (El Sol)