Auto a basura. Edmundo logró construir un sistema que permite usar solo residuos secos como combustible. Foto: Gentileza
“Estoy seguro que esto puede ser muy útil para la Argentina y para toda la humanidad. Así que es un sacrificio en post de un bien mayor”, cuenta Edmundo a Vía Córdoba. Quien además detalla que el viaje comenzó en noviembre de Córdoba a La Quiaca y tiene como fin el Kilómetro 0, de Santa Cruz.
Un viaje de casi 6 mil kilómetros
Edmundo emprendió viaje, junto a su esposa, combustionando únicamente basura que encontraban en la ruta. Asegura que, en muchas localidades, seguidores de su página lo esperaban con productos para continuar el viaje. Edmundo junto a Fabiola, en su viaje de casi 6 mil kilómetros. Foto: Gentileza“Hicimos la ‘ruta de la basura’, todo el camino de La Quiaca- Jujuy- Salta- Cachi, todo por ruta 9, con el objetivo de conseguir residuos. Ya que en el camino La Quiaca- Cachi, no hay producción, por lo tanto, no hay basura y no íbamos a poder avanzar”, precisa el inventor.
Además, su viaje continuó por Catamarca, San Juan, Mendoza, hasta llegar al sur. En un recorrido que supera los 5 mil kilómetros y tiene como destino final la provincia de Santa Cruz. ¿Cómo se moviliza un vehículo sin petróleo?
Edmundo logró generar una nueva forma de hacer andar a su vehículo –tras una década de estudios-, su Ford Ranchera tiene la posibilidad de marchar a nafta, a gas y a “gasura”: un gas producido a base de residuos orgánicos carbonizados.
“El trayecto de La Quiaca hasta el Sur es 100% con residuos orgánicos carbonizados, no tengo que mezclarle petróleo. Lo único que se le agrega es agua, porque el agua se separa en hidrógeno y oxígeno y me da más potencia. Entonces, ‘gasura’ es monóxido de carbono, hidrógeno y oxígeno”, explica Edmundo. Y precisa: “Cuando le inyecto agua, el motor utiliza el hidrógeno y el monóxido, y devuelve por el caño de escape el oxígeno. Es decir que, mientras yo conduzco le aporto al ambiente un 20% de oxígeno. Mi auto no consume petróleo, no contamina, limpia la basura y contribuye con oxígeno”.
Un viaje largo, pero con un objetivo claro
Con un recorrido de más de 70 horas, Edmundo quiere demostrarle al mundo que este invento mejorará la sustentabilidad y el medio ambiente. Pero en su trayecto por el país, no está solo, y lo acompaña su esposa Fabiola y, en Mendoza, se acopló un ayudante más al viaje, quien “hace más fácil el trabajo”. El objetivo final de la pareja es llegar a Santa Cruz. Foto: Gentileza
“El viaje es muy largo, está siendo cansador, yo tengo 66 años y el cuerpo mío ya no es el de los 20, pero lo hago con espíritu de servicio. Fabiola es la que más cansada está, ella me sigue y brinda su apoyo, pero es más casera”, cuenta Edmundo.
Sin embargo, tiene firme su convicción: “Estoy seguro que esto puede ser muy útil para la Argentina y para toda la humanidad. Así que lo estoy haciendo con ese sacrificio, en post de un bien mayor”, cerró.
Actualmente, la pareja se encuentra en Chubut. Foto: Gentileza