Sociedad Nominado al Nobel de La Paz

“Ayudar sin asistir”, el lema que emula el continuador de la obra del cura Opeka

El creador de Akamasoa Argentina, Gastón Vigo Gasparotti, contó a Elonce TV de qué se trata la obra del religioso y cómo la emula en una pequeña localidad bonaerense, donde hay “siete villas miserias”.
El sacerdote argentino Pedro Opeka, que se destaca por su trabajo con los más necesitados en Madagascar, fue nominado para el Premio Nobel de La Paz. El continuador de Akamasoa en el país, Gastón Vigo Gasparotti, contó a Elonce TV de qué se trata la obra del religioso y cómo la emula en una pequeña localidad bonaerense, donde hay “siete villas miserias”.

“Hay pocas personas en el mundo que pueden decir que sacaron a medio millón de seres humanos de la pobreza; son muy pocos los que pueden contar una historia de 52 años de lucha con los más pobres de un basural del quinto país más pobre del mundo, en Madagascar, un lugar que es un infierno de hambre, donde el 92% de la población vive con menos de dos dólares por día y la mortalidad infantil es de 600 por mil”, explicó Gastón Vigo Gasparotti, creador Akamasoa Argentina. En 1989, Opeka impulsó la ONG Akamasoa para ayudar a personas que vivían en condiciones precarias junto al vertedero de residuos de Antananarivo, capital de la antigua colonia francesa.

Akamasoa Argentina es una extensión de la obra nacida en Madagascar y en lengua malgache significa ‘buenos amigos’.

El continuador del proyecto de Opeka en el país, ponderó que el sacerdote “construyó una ciudad de 30 mil personas, con desagües, postes de luz, veredas, más de cuatro mil viviendas, 25 escuelas y hasta cuatro cementerios”.

“Y lo logró trabajando a la par, sudando con ellos, permaneciendo en el tiempo, respetando la dignidad de las personas, buscando que cada programa que ejecutó, sea un jardín, un hospital o un camino, sea hecho con dignidad y a la par. No bajo esa idea de asistencialismo que tanto daño ha hecho”, explicó Gasparotti al dar cuenta de la obra del ahora nominado al Nobel de La Paz.
“Ayudar sin asistir”
“Hay situaciones límites en las que nadie dejará que un niño muera por desnutrición o que una persona con discapacidad no sea ayudada, pero aquel que tiene la capacidad de trabajar, Pedro respetó esa dignidad y lo invitó a tener un compromiso muy grande con el trabajo, la educación y la disciplina”, sostuvo al dar cuenta que “fueron 50 años de su vida, abordando a las personas desde el inicio y hasta el final de sus días”.

Gasparotti refirió que la clave para ayudar a las personas es “trabajar de forma integral a lo largo de la vida del individuo, no con programas diseñados para una problemática, sino a todas en conjunto”. Al dar cuenta que, por su trabajo con los más necesitados en Madagascar, Opeka es la sexta vez que es nominado al Premio Nobel de la Paz, Gasparotti apuntó que “lo que Pedro expresa a no todo el mundo le gusta, porque él ha desnudado esta idea de que el asistencialismo funcionaba para sacar a la gente de la pobreza, y mostró claramente que ese no es el camino”.

“En Argentina es problema es grave desde hace demasiadas décadas. Cuando Pedro se fue en el 68, el país tenía un 3% de pobreza y 52 años después multiplica por 15 ese índice. Llegó el momento de evaluar los resultados, no las intenciones, porque los resultados dicen que 11 millones de argentinos comen en comedores todos los días porque el país no se construye con comedores, sino, con escuelas”, apuntó el fundador de Akamasoa Argentina.
En ese sentido, comentó que la organización está radicada en Lima, una pequeña localidad del partido bonaerense de Zárate, “con siete villas miserias”. Al emular la obra de Opeka en ese distrito, Gasparotti comunicó que cuentan con “jardín de infantes, guardería, una escuela de adultos y de oficios, un centro de atención primaria y ya adquirimos las primeras cuatro hectáreas para construir el primer barrio como se hizo en Madagascar”.

“Somos una semilla que quiere ser luz para que se expanda por todo el territorio. Es una lucha sin tregua. Despertar el coraje de una persona sumida en la pobreza, entender su dolor, es algo que lleva tiempo”, remarcó Gasparotti al recordar que su objetivo para sumarse a la obra del sacerdote fue “para que una familia salga efectivamente de la pobreza”. (Elonce)
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