Se trata de Martín Neyra (48 años), quien fue operado de urgencia en el hospital Misericordia, de la capital cordobesa, pero su vida se apagó a la madrugada, luego de ser intervenido quirúrgicamente por los impactos de balas recibidos en el tótax, en un hombro y en una muñeca. Martín Neyra era un hombre jovial, animador de reuniones familiares con su humor sano y su don para la música, un luchador de la vida que fue huérfano de madre siendo muy pequeño, y más tarde, a partir de su adolescencia, forjó su porvenir a fuerza de fe y trabajo, rememora Paralelo 32. Se desempeñó en variados trabajos y el último fue en la empresa de servicios Alejandro Lindt, de donde se retiró hace algunos años para asumir el riesgo de un trabajo independiente, con poca inversión y un esfuerzo laboral que no reconocía horarios ni adversidades.
Estaba casado con Silvana Pérez, con quien son padres de dos niñas, una que empieza a caminar y otra que ingresó al jardín. Siendo un creyente cristiano de profundas convicciones y compromiso, quería terminar este reparto para celebrar con su familia el dolor de Cristo en la cruz y la gloria de su resurrección. Sin embargo, los balazos lo dejaron en el camino.