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“Tenía distintos signos de violencia. Si bien no se puede establecer la causa de la muerte por el avanzado estado del incendio, tenía la cabeza envuelta en una cinta, en una prenda o en algo similar. Había un cable que posiblemente haya sido usado para atarlo. Pero estaba calcinado”, explicó. Se estimó que la víctima podría ser un hombre cuya edad podría rondar entre los 18 y 20 años.
Un detalle de la escena del crimen causó conmoción. Junto a los restos quemados se encontró una zapatilla intacta, lo que hizo rememorar las escenas de los crímenes de los taxistas Héctor Figueroa y Diego Celentano, asesinados el martes 5 y el miércoles 6 de marzo pasado dentro de la zaga de violencia que costó las vidas de cuatro trabajadores en cinco días en una puja entre el estado provincial y presos alojados bajo el Servicio Penitenciario (SP) provincial.
En esas escenas quedaron, a manera de firma, dos zapatillas. En el de Figueroa, al lado de su Fiat Cronos apareció una zapatilla DC blanca, que en principio se infirió que pertenecía al pasajero y que perdió en la desesperación. Y al lado del VW Voyage de Celentano, una zapatilla Nike negra.
Fuentes consultadas le bajaron el precio al hallazgo en el camino rural. “Es una de las zapatillas de la víctima, de color blanca, que no se llegó a quemar. La tenía puesta parcialmente en el pie”, explicaron. “No es ni una marca ni una firma” de quien lo mató, sentenciaron. “No descartamos ninguna hipótesis”, dijo el fiscal.
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“Aparentemente es un cuerpo humano que estaba siendo consumido por las llamas. El hombre dio aviso a la policía y desde la comuna enviaron personal que sofocó el fuego”, comentó el fiscal de la causa.
El cuerpo estaba en posición decúbito lateral derecho “calcinado, sobre prendas que habían sido embebidas en un producto inflamable. Tenía distintos signos de violencia. Si bien no se puede establecer la causa de la muerte por el avanzado estado del incendio, tenía una cinta, una prenda o algo similar envuelto en la cabeza. Había un cable que posiblemente se usó para atar los brazos”, explicó Avila. El cable estaba sobre sus manos, ya no sujetándoselas, debido a que se habían quemado. Debajo del cuerpo hallaron un celular, consumido por el fuego, y cerca del cráneo la cabeza de una maza de obra.
Una de las hipótesis sobre la que trabaja el fiscal es que la escena del crimen no fue donde se halló el cuerpo calcinado, sino que a la víctima la mataron en otro sitio. Luego trasladaron el cuerpo y lo descartaron al costado del camino rural. “No hay elementos que permitan pensar que lo asesinaron en este lugar. No se encontraron manchas de sangre ni vainas servidas. Estamos trabajando sobre un relevamiento de cámaras de videovigilancia existentes sobre la ruta provincial 18 y en el acceso a la localidad de Alvear.
“Por el estado en el que se encontraba el cuerpo va a ser complejo identificarlo rápidamente. Vamos a abocarnos a identificar a la persona. Estaremos atentos a las denuncias de búsqueda de paradero, que nos pueden dar indicios de si hay alguna personas con las características del cuerpo. Vamos a hacer un relevamiento de cámaras sobre los posibles accesos que usaron las personas que arrojaron el cadáver”, comentó (Fuente: La Capital)