Ante un llamado a la línea de emergencias policiales 911, efectuado por vecinos que se quejaban por gritos y ruidos molestos, la comisaría 1ra. envió un móvil policial, cuyos efectivos tocaron el timbre. Los policías fueron atendidos por el hombre, que les confesó el crimen.
Al ingresar a la vivienda, los efectivos constataron que en uno de los dormitorios la mujer yacía muerta, semidesnuda, tirada boca abajo al costado de la cama y que a simple vista presentaba heridas de arma blanca.
Los policías detuvieron al hombre y tras consultar al fiscal en turno, Claudio Scapolán, de la Fiscalía del Área Ejecutiva de Investigaciones Criminales de San isidro, se preservó la escena del crimen y se convocó a la Policía Científica.
Si bien se esperan los resultados de la autopsia, la médica forense que trabajó en el lugar del hecho informó a los investigadores que la víctima tenía dos heridas punzo cortantes profundas en la sien izquierda, al menos otras 17 lesiones de arma blanca en la espalda y algunas lesiones defensivas.
Los peritos encontraron ensangrentados en el lugar lo que podrían ser las armas homicidas: un cuchillo tipo "Tramontina" y un trozo de hierro.
El fiscal dispuso estudios y peritajes psiquiátricos y psicológicos para el imputado.