Era tanto el nerviosismo que al momento de la llegada de los patrulleros, eran distintas las versiones. Podía ser un Peugeot, un Renault, era un auto mediano, pero de color bordó. Nadie alcanzó a verle la chapa patente, pero saben que venía de la zona de Larramendi hacia la zona de calle Ameghino y se perdió entre las sombras de la noche.
Tras levantar más dudas que certezas, los investigadores de la División Homicidios comenzaron con su trabajo, mientras la Policía Científica buscaba alguna vaina del arma con la que dispararon. Sorpresivamente, cuando ya algunos de los investigadores trataban de hilvanar los pasos a seguir junto al Fiscal Álvaro Piérola, en su oficina, recibieron la información de que, posiblemente, un auto con las mismas características del mencionado en el homicidio que acababa de ocurrir, había regresado a calle República de Siria y había disparado contra un muchacho menor de edad, a no mucha distancia de donde se había producido el primer ataque.
De inmediato, todos los patrulleros que estaban en la zona fueron guiados a través de la Sala de 911, tras la huida de un coche de color bordó que cruzaba la ciudad, tratando de llegar a la Villa 351, donde finalmente ingresó y quedó estacionado detrás de la ubicación catastral de un lubricentro que está sobre Avenida de Las Américas.
Los patrulleros rodearon la zona casi al instante y hallaron el coche, tratándose de un Renault Clío, con el motor caliente y una de sus puertas abiertas. A simple vista se podían observar capsulas servidas de calibre 9 milímetros en su interior.
Tras realizarse las averiguaciones de rigor, se mantuvo una estricta vigilancia y posicionamiento de móviles rodeando el lugar, mientras los efectivos de Homicidios, ante datos recabados en el asentamiento barrial, solicitaron órdenes de allanamiento a la jueza de Garantías, doctora Marina Barbagelatta, quien colaboró de inmediato, otorgando a los investigadores la documentación para actuar, con la cual acudieron junto al fiscal Piérola para allanar y en el caso de encontrar a los supuestos ocupantes del automóvil, proceder a su detención.
Fue así que minutos después, cuando ya amanecía, dos sujetos, a los cuales se los sindicó como los supuestos autores del ataque a balazos, quedaron detenidos y fueron trasladados a la Alcaidía de Tribunales.
Los mismos fueron identificados como Flores y Conraut, de 32 y 28 años respectivamente.
Hipótesis
Por el momento, al menos con el diálogo que se mantuvo durante toda la jornada con familiares del fallecido, entre ellos su padre y la otra víctima, no conocen ni han tenido problemas con las personas detenidas por el hecho.
En uno de los allanamientos se logró secuestrar una pistola calibre 9 milímetros, marca Taurus, la que fue derivada a Balística de la Dirección de Criminalística, para evaluar si se trata del arma usada en el hecho.
Algunos investigadores creen que Troncoso y las otras personas recibieron disparos por error, o bien los confundieron con personas que viven a muy pocos metros de donde ellos estaban bebiendo, quienes no serían ajenos a comercializar con estupefacientes. La elucubración surge a partir de que uno de los detenidos tendría relación con un conocido jefe narco local, conocido por sus negocios en familia. En síntesis, se cree que el ataque podría haber estado destinado a los ocupantes de esa vivienda y no a quienes casualmente estaban parados allí, consigna El Diario.
