Pablo Basso, una de las personas presentes en calle Montevideo 245, comentó cómo surgió en enero: “La idea es resistir al modelo de aumento de precios indiscriminados y de alimentos de baja calidad que se ofrecen en el mercado formal. Eso nos lleva a nosotros a hacer compras comunitarias, donde sabemos que aumentando el volumen de compras se obtienen mejores precios y uno puede apuntar a mejor calidad de productos”.
Sobre la venta de compra comunitaria, indicó cómo es el procedimiento: “Tratamos de que sean productos de primera necesidad: harina, fideos, huevos, yerba, miel y dulce de leche. En esos productos alguna variedad tenemos de acuerdo a qué tipo de cosas conseguimos, de acuerdo que conseguimos con proveedores, con productores y cooperativas”.
Sobre la elección de las personas, calificó que es “muy variable”. Sin embargo, precisó: “El arroz que traemos de San Salvador se han hecho unas 400 compras y la cantidad de kilos fueron 800. Para sacar un promedio, una persona saca un promedio de dos kilos”.
En última instancia, opinó que “esta opción de tener compras por mercados alternativos, que no tendrían que serlo porque son caminos naturales. Los pequeños productores producen muchos alimentos que, sin embargo, no están disponibles en las góndolas de los grandes supermercados. Este debería ser un camino natural de compra de alimentos”.
