"Con Don Ramón tuve una relación genial. Fue mi mejor amigo. Tú quitas a Don Ramón como pieza de ajedrez y se acaba el programa aunque hubiese estado Quico. Toda la historia giraba en relación a él", empezó diciendo Villagrán desde Ciudad de México.
En ese sentido, manifestó: "Yo hacía un programa que se llamaba ¡Ah qué Quico! y Don Ramón ya estaba muy enfermo. Él murió de cáncer en los pulmones. Por el cigarro, ya sabes. Ya estaba muy mal. Él tenía mucho dolor en la espalda y el director, como fuimos a un cementerio, le dijo que se recostara en el motor home y dejó la escena para lo último. Para no molestarlo".
"Prepararon toda la escena. Era en un cementerio. Las rejas de la escena eran de hierro forzado. Como en una película de terror. Formaron todo el ambiente por hielo seco en la noche. Don Ramón entra al panteón y empieza a gritar "Quico, Quico". Y se va perdiendo en la bruma. Después de eso muere como en una premonición, entrando en un cementerio", agregó.
La última charla de Quico con Don Ramón
"Cuando murió Don Ramón me acordé de eso, ya sabíamos que su última escena había sido esa. Yo tenía un compromiso firmado para ir a Bolivia y me fui a despedir de él, fui a su cuarto al Hospital y empecé a llorar", dijo al respecto.
Y agregó: "Y me dijo "Ya ya ya no llores cachetón, allá te espero, allá abajo". Y recibí la noticia de la muerte cuando estaba en Bolivia. Me afectó muchísimo aunque ya sabía que estaba muy enfermo".