La paulista contó cómo fueron los orígenes de su carrera artística: "No soñaba con ninguna profesión en particular, pero a los 17 años vi las materias de la Facultad de Cine y no dudé en anotarme. Cuando entré por primera vez a un set de filmación pensé 'no sé exactamente qué quiero hacer, pero yo quiero que sea acá', porque me encantó la energía y la adrenalina del set".
Luego, en una nota con la revista Gente, reveló cómo dio el paso de detrás de las cámaras a delante del foco: "Fue por una amiga. Yo cursaba la facultad cuando ella, que es productora de castings, me llamó para que fuera a una audición. Entonces, le dije 'yo no soy actriz; nunca estudié ni hice nada'. Y ella me respondió que el personaje era como yo: una chica espontánea, entrometida, graciosa y un poco malhumorada". Así que hice el casting de Oscar Freire 279, ¡y pasé! Me encantó formar parte de la serie, aunque decidí terminar la facultad. Después de recibirme, en 2012, trabajé como continuista durante tres años, sintiendo que estaba encaminada a ser directora. Pero Márcia Faria, la directora de Oscar Freire 279, me convocó para el casting de Bruna". Respecto de su jugadísimo personaje en la serie erótica, se sinceró: "No tuve pudor, porque entendí que era el personaje, y no yo, el que hacía escenas sexuales fuertes. Sacarme la ropa en Llamame Bruna, era fácil. Lo difícil era mostrar emociones. Sé que la serie puede atraer miradas masculinas que quieren ver sólo sexo y desnudez, pero hay una historia dramática importante, que es real y encanta más".
Al final, Mariana Bopp se explayó sobre su vida privada: "No estoy soltera, estoy en una relación compleja. Porque tengo una historia que lleva cuatro años con un brasileño y a veces pasa por algunas crisis. Es complicado".
