“Hace tres años que me independicé y estoy en este lugar. Me dedicaré a otra cosa o buscaré trabajo en una carnicería grande”, manifestó. Paga 150.000 pesos por mes de alquiler.
Ante la baja considerable en las ventas, Esteban señaló que los cortes que casi no se venden son de asado y pulpa. Los clientes se inclinan más por carne picada o milanesas en su gran mayoría. “Tengo que cerrar, no me queda otra”, lamentó.
Solo el alquiler del local y la electricidad tuvieron un incremento para el vendedor, en un cien por ciento. “Hace dos meses empezó esto y la heladera siempre tiene que estar prendida”. Esteban remarcó en declaraciones a Radio Máxima que no solo cambió el precio de los distintos cortes, sino la cantidad que compran sus clientes. “El que llevaba un kilo, hoy lleva medio. Hay menos consumo. Tengo que cerrar porque tengo muchos gastos mensuales”, expresó.