En cuanto a la objeción de algunos sectores por la falta de competitividad frente a la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea (UE), que genera subsidios a toda la actividad productiva, desde CAME se espera primero el análisis de la "letra chica" y remarcó que la apertura será gradual para los sectores sensibles. "Habrá que trabajar durante el tiempo de implementación para ver de qué modo se atiende esta asimetría con disminución o quita de retenciones", advirtió Díaz Beltrán.
Cabe destacar que el acuerdo permite una oportunidad de negocios importante dado que actualmente tenemos acuerdos de libre comercio sólo con el 10% del PBI mundial y ahora pasamos a sumar 20% más. Mientras que el 63% de las exportaciones argentinas a la UE son bienes agrícolas que se pueden potenciar con esta apertura y la posibilidad de tener más agregado de valor en el país.
Europa es un mercado muy atractivo con unos 500 millones de habitantes con un ingreso superior a los US$ 34.000 por habitante. Además, permitirá complementar tecnología europea con mano de obra especializada nacional para la fabricación de bienes de capital y, desde aquí, abastecer al mercado nacional y regional.
Desde CAME entendemos que todo acuerdo de este tipo genera temores de amenazas y también oportunidades. Nuestras mayores amenazas están dadas por el "costo argentino", la estructura impositiva, la financiera, la logística, etc. que en la medida que se vaya normalizando acorde con el resto de los países desarrollados permitirán aprovechar las oportunidades que este tipo de acuerdo brindan y reducir las amenazas. Para ello, nación, provincias, municipios, sindicatos y empresarios tenemos que trabajar en pos de la reducción de nuestras cargas y barreras internas.