Longvie es una nueva víctima de la caída del consumo en el mercado interno a lo que se suman además las altas tasas de interés que hacen muy complicado obtener financiamiento para solventar su alicaída operatoria. A septiembre del año pasado la deuda de la firma ascendía a poco más de $377 millones, el 86% con vencimiento concentrado en el corto plazo. El mes próximo la firma debería desembolsar $55 millones para el pago de intereses y capital y este ítem es el que justamente intentará reprogramar para más adelante.
La actividad principal de la compañía es la fabricación y comercialización de artefactos de gas y lavarropas, posee tres fábricas en Argentina ubicadas en Paraná, Buenos Aires y Catamarca y más del 95% de su producción se vuelca al mercado interno.
Desde hace un par de años la empresa venía mostrando algunas luces de alarma porque competía en los comercios argentinos con productos importados a menor valor, a esta situación ahora se suma además la estrepitosa caída de la demanda de bienes durables.
Fiel reflejo de esta situación es el último balance de la firma cerrado en diciembre pasado. Con una facturación cerca a los $1.260 millones, en el 1er trimestre 2018 se perdieron $ 22 millones, pero el balance cerrado Septiembre 2018 tuvo un resultado negativo de tan solo $ 6.3 millones (siendo éste el total del acumulado para los 9 meses del 2018).
Un año antes, en diciembre de 2017, sus ventas ascendían a $1.236 millones y también terminó con pérdidas, en este caso de $973.000. Para encontrar un resultado positivo hay que remontarse hasta 2016 cuando facturó $1.000 millones y ganó $36,6 millones.
Este debilitamiento en sus números globales, llevaron a la calificadora de riesgo Fix a asignarle a Longvie perspectiva negativa a mitad del año pasado.
Luego, con la comunicación a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires que iniciaría conversaciones con sus acreedores, Fix fue más allá y bajó la calificación de sus ON desde BB+ a C.
De ahora en más se espera que la compañía también reestructure parte de su deuda bancaria, incluso actualmente, según los registros del BCRA, alrededor de $48 millones tomados en gran parte con el Banco Santander Río, se encuentran en situación 2 (con seguimiento especial).
Como contracara a este panorama, la empresa no presenta cheques rechazados y su intención de organizar la reestructuración de deuda antes del plazo de pago, habla a las claras de su intención de salir a flote con prolijidad y sin perjudicar a sus acreedores. Fuente: (Ámbito Financiero).-