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Video: a lo Gaudio, tenista vivió insólito momento con el teléfono en pleno juego

Durante el ATP 250 de Santiago, Alejandro Tabilo tuvo que correr a silenciar su celular durante el partido, causando risas en la cancha. En otro episodio risueño, Gastón Gaudio también experimentó una situación similar en 2005.
Momento incómodo. Rayano en el papelón. Así como en cines, teatros e iglesias se pide silenciar los teléfonos antes de que empiece la función o celebración, en el tenis es crucial no emitir ruidos molestos, que desconcentren a los protagonistas.

Y a veces los propios jugadores detienen un movimiento de saque o se quejan entre puntos por algún movimiento inoportuno o la voz demasiado voluminosa de un espectador. Pues Alejandro Tabilo no es un aficionado, sino un tenista. Y su teléfono sonó mientras Tomás Barrios Vera, su rival, estaba por servir.

Era uno de los octavos de final del torneo ATP 250 de Santiago, o Chile Open, el que cierra la gira sudamericana. Barrios Vera estaba complicado en el partido: 2-6, 5-5 y 0-30. No era una circunstancia como para que se encontrara de buen humor ante una interrupción externa.

Y el artefacto hizo ruido desde algún lugar del estadio. Sonó y sonó, mientras el sacador esperaba que el sonido molesto fuera acallado por el dueño del aparato. Cosa que no ocurría. Claro: ese dueño del aparato era su adversario.Hasta que Tabilo, que esperaba el servicio, levantó una mano y caminó, mientras Barrios Vera se apartaba. El público empezó a abuchear, pero en seguida cambió la reprobación por risas, cuando se dio cuenta de que el jugador iba hacia su bolso para acallar al extemporáneo llamado. Y todo, con el atenuante de que quien había molestado al sacador chileno era también chileno.

Tabilo apagó el celular y se dispuso a recibir. Ganó ese game, el siguiente y el partido, por 6-2 y 7-5, para pasar a la etapa de cuartos de final, en la que se enfrentará con el italiano de origen argentino Luciano Darderi este viernes. Y se llevó la anécdota, que recordó a una de un ilustre tenista en el mismo país, pero 19 años atrás.

Gastón Gaudio se enfrentaba con el español David Sánchez en febrero de 2005. Como este jueves en Santiago, aquella vez el llamado tuvo la puntería de no irrumpir en medio de un tanto, sino en un descanso entre puntos. Ni siquiera estaba en acción de saque uno de los jugadores. Le tocaba servir al argentino, y cuando se disponía a hacerlo apareció un ruido.

Mucho más raro que un simple sonido de llamado, porque era la época de los ringtones personalizados. "Atendé, Gastón. Teléfono. Atendé, Gastón", se escuchaba una vez y otra. Y no era un espectador el que lo decía, sino el propio artefacto. Con una voz graciosa, forzadamente ridícula.
Hubo alguna risa por ahí. Y también los periodistas de la transmisión argentina lo tomaron con gracia. Por cierto, a Gaudio, que al principio se resistió pero luego fue a anular al intruso, no lo desenfocó el incidente. Terminó imponiéndose por 6-4 y 6-2 en la segunda rueda, camino a conquistar el certamen de Viña del Mar. Siete meses antes había tocado el punto más alto de su carrera, al consagrarse en Roland Garros.

Ahora, en 2024, queda un argentino en carrera en Chile, pero en la capital. Sebastián Báez, campeón el domingo último en el ATP 500 de Río de Janeiro, superó este jueves al peruano Juan Pablo Varillas por 4-6, 6-4 y 6-2 y avanzó a los cuartos de final, en una jornada en la que su compatriota Juan Manuel Cerúndolo quedó eliminado.

Báez, que ascendió al puesto 21 del ranking mundial tras su logro en Brasil, es la segunda cabeza de serie y debutó directamente en los octavos de final frente al 119º del mundo, al que venció luego de un comienzo de partido adverso y al cabo de 2 horas y 40 minutos de juego. Logró su sexto éxito en fila (cinco en Brasil) y cerró febrero con un saldo de 11 victorias y 2 caídas. Nada mal.

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