El campeón Mariano Werner (Ford) arribó octavo y abrió a 16,5 puntos la brecha en la Copa de Oro sobre el piloto oriental, que para convertirse en campeón está obligado a ganar el 5 de diciembre en Villicum, San Juan, donde el TC desandará el Gran Premio Coronación. Werner hizo una carrera inteligente porque esperó en pista que las condiciones sean óptimas para dar pelea y tal es así que desde el 8º giro empezó a ganar colocaciones y avanzó posiciones. Además, en ningún momento arriesgó más de la cuenta, ya que Christian Ledesma (Chevrolet), Juan José Ebarlín (Chevrolet), entre otros le presentaron lucha y optó por llegar en el puesto que finalmente culminó. Lambiris, que cumplió su 100ª carrera en Turismo Carretera, también se marchó feliz: avanzó en la clasificación, es el nuevo escolta de Werner en la Copa de Oro y se ilusiona con el título.
El auto no venía bien: "Es fácil echarle la culpa a la goma [corrió con neumáticos lisos], pero pusimos todo y no tuvimos la contundencia de las últimas carreras. Sí, nos sirvió para llegar", expresó Mariano Werner, el piloto que más veces triunfó en Toay. Pero para beneficio de Werner, peor resultó la cosecha de Agustín Canapino, de Chevrolet, que llegó como escolta a Toay pero falló en la elección de los neumáticos y tras largar quinto finalizó 35º; ahora lo separan 37,5 unidades del campeón.
Werner suma 150,5 puntos, seguido por Lambiris con 135, Canapino con muy pocas chances ya tiene 114 unidades y Ledesma aparece con 111,5. La definición será el 5 de diciembre en el autódromo de El Villicum de San Juan.