El técnico destacó que "las jugadas chiquitas siempre fueron para el otro lado". Además, agregó: "El línea y el cuarto le avisaban continuamente a Tagliafico (Nicolás) que estaba amonestado. Tenían que dejarlo jugar y si pasaba algo, tomar una decisión. No pueden condicionarlo continuamente".
Con respecto a los reclamos en el segundo gol de Brasil, el entrenador explicó lo sucedido. "Fue una acción en la que teníamos a un futbolista en el suelo (Sergio Agüero), se sintió un silbato y Foyth (Juan) se detuvo. Por eso me volví loco. Era totalmente para invalidar", cerró.