Comenzó favorable a Bélgica la historia en el Stade Pierre Mauroy de Lille, por el tremendo bombazo de Nainggolan, que hizo explotar las tribunas de sus hinchas. Cuando se le hacía cuesta arriba al conjunto galés, fue Williams el que anotó la paridad y mandó al descanso a todos con el resultado igualado.
Estaba para cualquiera en el complemento, pero una exquisita maniobra personal de Robson-Kanu, Gales lo dio vuelta y empezó a saborear la clasificación, que se selló con el enorme cabezazo de Vokes, hombre que sepultó las ilusiones de los de Wilmots e ilusiona a los fanáticos galeses, que pretenden disputar la final en su primera participación.