El jugador portugués presumió de su tercer trofeo tras los que consiguió la temporada pasada y en 2008 con el Manchester United. Lo celebró junto a sus hinchas, que aplaudieron a su ídolo a la vez que corearon su nombre.
Un mosaico dorado decoró las tribunas del Santiago Bernabéu en honor del luso, que cinco minutos antes del inicio del duelo saltó al césped junto al resto de los jugadores mientras el videomarcador proyectaba imágenes de sus goles al ritmo del himno del Real Madrid.
Entonces, Cristiano, tras la foto de las formaciones, recogió su Balón de Oro de un pedestal ubicado cerca de los bancos de suplentes y lo alzó en el centro del campo para dedicarlo a sus hinchas.
También hubo tiempo para ovacionar a Sergio Ramos y a James Rodríguez. El primero entró en el mejor once de la FIFA de la temporada pasada y el segundo consiguió el galardón el trofeo Puskas al mejor gol de 2014. Ambos también fueron muy aplaudidos.