La Policía había anunciado un operativo cerrojo en la playa que cada verano es la más concurrida por jóvenes, pero resultó estéril.
La playa que fue jueves y el viernes base de la aglomeración de adolescentes, como si la pandemia no existiera, estaba este sábado vallada y con nutrida presencia policial. Dentro del "corralito" quedaron algunos pocos grupos de familias dispersas. Los agentes, apostados en el perímetro, quedaron con la mirada clavada en el caos que se trasladó unos metros pero que nuevamente se apoderó del río, que venía marrón y crecido por las últimas lluvias. En concreto, la localidad está al tope de ocupación y muchas de las plazas las ocupan jóvenes. Están y en algún lugar van a reunirse, sin acceder a dispersarse en los numerosos balnearios a orillas del río que atraviesa la ciudad, que, por ahora, no le encuentra la vuelta al problema. Se presumía que mantener el distanciamiento en los balnearios sería el mayor conflicto de la apertura de temporada en medio de una pandemia, y lo está siendo, publicó La voz de Córdoba.