En las imágenes que circulan en las redes sociales, se ve como el agua se llevó puesto sillas, mesas, sombrillas, basuras y otros objetos por las calles.
Además, varias embarcaciones se soltaron de sus amarres y fueron arrastradas mar adentro.
El sismo tuvo lugar frente a las costas de la isla de Samos y cerca de la ciudad turca de Izmir, que también resultó seriamente afectada por el movimiento telúrico, que provocó el derrumbe de varios edificios y daños en decenas de construcciones. Según el gobernador de la provincia de Esmirna, cerca de 70 personas fueron rescatadas de los escombros, de momento. "Fue el caos, nunca hemos vivido eso. Algunos edificios fueron dañados, una iglesia en particular", situada en el puerto de Karlovassi, declaró al canal publico griego Ert el vicealcalde de Samos, Giorgos Dionysiou.
El sismo, de duración prolongada y que tuvo por lo menos seis réplicas, "se registró a las 11H51 GMT y su epicentro se ubicó a 19 km de Samos y a 2 km de profundidad", según un comunicado del observatorio griego de sismología.
La Protection Civil griega advirtió a la población de Samos de permanecer "al aire libre y lejos de los edificios", así como "alejarse de las costas" de la isla.
Turquía y Grecia se encuentran sobre importantes fallas geológicas y los terremotos son frecuentes, sobre todo en el mar, en la mayoría de los casos sin causar víctimas. A pesar de las fuertes tensiones que los separan, Turquía y Grecia se comprometieron a ayudarse mutuamente.
El primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis indicó por Twitter haber hablado por teléfono con Recep Tayyip Erdogan para expresarle "sus condolencias".
En una entrevista telefónica, los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países "subrayaron que están dispuestos, en caso de necesidad, a ayudarse y apoyarse mutuamente", declaró el gobierno turco en un comunicado.