Es una de las tantas historias de grandeza que se esconden en las muchas personas de bien que están ahí, viviendo sus vidas y luchando para salir adelante, contra todos los pronósticos, incluso en el medio de una crisis que se potenció con la cuarentena.
Con 43 años, Pablo recibió la mala noticia de que tiene cáncer de vejiga y colon, diagnóstico que le llegó algunas semanas antes de que se declare la pandemia de coronavirus.
Así, con la enfermedad y sin empleo, a Pablo no le quedan muchas opciones y por eso decide caminar desde su casa, que está muy cerca del CPC de Monseñor Pablo Cabrera hasta el Hospital Córdoba, para no abandonar su tratamiento oncológico.
El cáncer le impide trabajar y encima Pablo no recibe ninguna ayuda del Estado, relata el reportero gráfico Daniel Cáceres, quien fue el que lo retrató con su cámara cuando lo vio en el Hospital y el que dio a conocer esta epopeya de un hombre común por sobrevivir.
Pablo vive junto a su esposa Cristina en barrio la France, en Córdoba Capital. Él se dedicaba a realizar trabajos de plomero pero por recomendación médica tuvo que dejar su trabajo. Su esposa cuida personas mayores, y con la cuarentena hoy sólo trabaja un día a la semana en una casa de familia y le cuesta conseguir más actividad.
A pesar de las dificultades siguen adelante con el apoyo de sus familiares. El hijo de Cristina los ayuda con una pequeña despensa, donde cada vez se vuelve más difícil reponer la mercadería.
"Caminar le hace peor", pero Pablo está decidido a luchar contra su enfermedad. Necesita 380 pesos por semana para poder viajar en colectivo y no los tiene. No reciben ninguna ayuda del Estado, y les alertaron que cuando se levante la cuarentena los desalojarán ya que hace meses que no pagan el alquiler.