Por su parte, la inflación núcleo, la que no tiene en cuenta precios regulados y estacionales, tuvo una variación en junio de 4,1%, aún mayor que el índice de precios general.
"La inflación core subió más que la general porque aumentaron más el precio de los bienes no regulados. A diferencia de otros meses, el principal impacto en la inflación fue el salto del tipo de cambio y no el incremento de tarifas", dijo Martín Alfie, economista jefe de Radar Consultora. Según el Indec, las principales subas se dieron en los sectores de transporte (5,9%), alimentos y bebidas no alcohólicas (5,2%), salud (4,3%) y equipamiento y mantenimiento del hogar (4%).
"El dato más preocupante es alimentos, que en general vive mucho de la cotización del tipo de cambio, es bastante directo. Alimentos es el reflejo del salto del tipo porque tienen un componente transable (se exportan), por lo tanto para que se comercialicen en el mercado interno se pide más pesos", explicó Alfie.
En tanto, los primeros seis meses del año cerraron con una inflación acumulada del 16%, mientras que la inflación interanual aumentó a 29,9%, mayor a la meta interior superior de 29% que había acordado el Gobierno con el FMI. En el memorando, se había fijado un rango de IPC anual de 27% (meta inferior) y dos metas superiores, de 29% y 32%.
"Al superar la banda interior límite superior (29%), el FMI informará su análisis sobre la actual política monetaria. Pero si se supera la banda exterior límite superior (32%), el Fondo mandará a revisión el acuerdo, y el Gobierno tendrá que explicar ante la junta del organismo su gestión sobre las regulaciones monetarias. Esto, a su vez, condicionara los desembolsos acordados", señaló Gabriel Caamaño, socio del Estudio Ledesma.
"Creemos que julio va a ser alto, arriba de 3%. Si llega a dar un 3,2%, el acumulado de los primeros siete meses va a cerrar en 19,7%. Por lo tanto, se necesitará una inflación mensual menor a 1,4% en los últimos cinco meses del año para que el IPC tenga una variación interanual menor a 30%", agregó.