Sin embargo, esta uruguaya tenÃa un sueño por cumplir. Desde adolescente, en Montevideo, soñaba con armar una familia y poder disfrutar de un marido y de los hijos corriendo y jugando por el jardÃn. Ese sueño la acompañó a la par de los éxitos laborales, que se multiplicaban. Un dÃa dio el primer paso. Conoció al empresario argentino Leonel Delménico (40). Fue amor a primera vista. Los lazos fueron tan fuertes que en abril de 2009 pasaron por el altar para convertirse en marido y mujer. Unos meses más tarde llegó MÃa (7), la primera hija de la pareja. Para ese entonces, la familia repartÃa su tiempo entre Argentina y Uruguay.
Luego llegó Renzo (3), el pequeño que, a diferencia de su hermana, nació del otro lado del charco. Claudia fue haciendo su trabajo de hormiga hasta que logró trasladar a todos al paÃs vecino. Que Delménico haya podido llevar sus negocios al otro lado del RÃo de la Plata fue un gran paso para que la mudanza fuera definitiva. "Más allá de tener nuestra casa allá, casi ni extrañamos Buenos Aires. La familia está instalada en Montevideo, y a los dos nos está yendo muy bien en lo laboral". ¡La receta! "Más allá de discutir como cualquier pareja, creo que la clave es que nos seguimos eligiendo dÃa a dÃa. Estamos felices con la familia que armamos, tenemos a la parejita, que es lo que querÃamos, y ya no podemos pedir más. Otras de las claves es el humor. Nos despertamos de buen humor y nos dormimos riendo". Más allá de que la familia tiene prioridad, la pareja no deja de hacer de las suyas. En el caso de Fernández, si bien su labor como vedette quedó atrás, supo reinventarse. Sigue haciendo teatro, incursiona en el mundo empresarial con la lÃnea de lencerÃa y perfumes que lleva su nombre y hasta conduce un programa de televisión.
El mundo de las redes sociales y los negocios tampoco son esquivos para la curvilÃnea. En otro plano, Claudia asegura que ahora que entró al club de los 40 recibe tantos piropos o más que cuando tenÃa 20. Lejos de enojarse, los que vienen con respeto los recibe y hasta logran ponerla colorada. ¿Será por la nueva disciplina fÃsica que lleva adelante? El año pasado apostó a cambiar su cuerpo a través del entrenamiento funcional, y los resultados están a la vista. Silueta estilizada y músculos contorneados son el resultado de tanto sacrificio. "Lo conseguà porque no dejo de entrenar todos los dÃas. Hasta los domingos entreno, pero lo hago porque me gusta, me apasiona entrenar de la manera que lo hago, no me cuesta ni representa un sacrificio. Creo que esa es la clave, porque de otro modo no aguantarÃa".