Se trata de una obra del arquitecto Fernando Battista quien aseguró que tomó la idea cuando vio una obra en construcción en México. "Me pareció bueno imitarlo porque podría servir como ejemplo", sentenció el hombre sin imaginar, o al menos así lo señala, la repercusión que generó.
El cartel para algunos fue tomado como una buena iniciativa, aunque también recibió sus críticas tanto de mujeres, que lo consideraron como una utopía, como de hombres que están en contra de terminar con los mal llamados "piropos".