Por último, Cohen y Minetti requirieron, de no ser contemplados los planteos anteriores, que se considere la figura de homicidio preterintencional, en función de que Silva, teniendo toda la humanidad de Bordón para dispararle, habría decidido tirarle en la pierna. La víctima recibió dos disparos de arma de fuego en una pierna, y falleció desangrado cuando intentó llegar a su casa, porque uno de los tiros le afectó la arteria femoral.
El móvil
Para el fiscal, la autoría de Silva en el hecho quedó acreditada con el grado de certeza necesaria para arribar a una sentencia condenatoria. En este sentido evaluó los testimonios que se escucharon en la audiencia, destacando el de Segovia porque fue el único que estuvo con la víctima cuando recibió el disparo y estuvo varias horas con él antes del hecho. Para Cotorruelo, el móvil del crimen fue una vieja enemistad entre bandas de barrio Jauretche, una liderada por un hombre que identificó como Roberto Juan Alberto, alias El Santafesino, y la otra por Suru Silva. En este sentido, el fiscal señaló que Segovia vive en la misma cuadra que el imputado e integra la banda de El Santafesino. También llevó a los alegatos una causa que data de noviembre de 2006 en la que El Santafesino fue condenado a 2 años de prisión condicional por atacar a balazos la casa de Silva. Así, el funcionario contextualizó el crimen en un conflicto grave que generó más de un hecho delictivo.
El otro acusado
Respecto a Nelson Díaz, alias Cuchi, que fuera sindicado como el real autor del disparo por la pareja de Suru Silva, el fiscal entendió que no tenía motivos para matar a Bordón porque no era parte del conflicto que enfrentaba a Segovia y Silva. En este sentido, sostuvo que el tiroteo (a la casa de Silva que acometieron Bordón y Segovia antes de la muerte del primero) no fue espontáneo, está enmarcado en un conflicto de cinco años entre El Santafesino y Silva, conflicto en el que Bordón no estaba involucrado y evidentemente fue arrastrado por Segovia y terminó con este fatal desenlace.
Para el fiscal, es improbable que todos los testigos que declararon a horas del hecho se hayan confabulado para perjudicar a Silva, en función de los rumores que se escucharon en el lugar del hecho el 2 de diciembre de 2011 y señalaban a Silva como el autor.
A su turno, Cohen y Minetti consideraron que de todos los testigos que declararon en la audiencia, sólo uno dijo que vio disparar a Silva, que fue Griselda Díaz, alias Catela, que fue detenida por el supuesto delito de falso testimonio. Sobre este testimonio, el fiscal opinó que fue totalmente distinto al que brindó en la instrucción de la causa, e intentó introducir la hipótesis de un homicidio imprudente.
Los defensores señalaron que los amigos de la víctima dijeron que en el barrio se decía que el autor de los disparos fue Cuchi Díaz, al igual que la hermana de la víctima, que dijo que creyó escuchar que Bordón le decía Cuchi, en igual sentido consideraron el testimonio de la esposa de Silva, que dijo que el que tiró fue Díaz. Además, cuestionaron que los que señalan a Silva lo hacen por suposiciones puesto que nadie lo vio disparar.