"Nuestra familia llegó a casa y el camión se detuvo para sacar todas esas cajas", dijo Catherine Lunt, la madre de la pequeña, a Good Morning America.
Hasta ese momento, Catherine no sabía nada. Previamente ella le había dicho a Katelyn que podía pedir la muñeca, pero no sabía que la nena había hecho travesuras.
Aunque se trató de un gesto inocente, la familia sólo le dejó a la menor quedarse con la Barbie que le habían prometido y donó el resto de los juguetes a un centro de caridad de Saint Lake City, Utah.