Pese a los intentos del hombre por abrir la puerta, los dueños del local decidieron llamar a los bomberos, quienes debieron romper la puerta de la lavadora.
La policía abrió una investigación sobre el hecho, mientras que el niño fue trasladado a un hospital para verificar su estado de salud.
El fiscal de El Havre, François Gosselin, indicó a la agencia que "no existió un maltrato voluntario", y que, por lo tanto, no cree que se hubiera cometido ningún ilícito penal.
De todos modos, el dueño del lavadero presentó una denuncia formal contra el padre del menor por los daños causados a su propiedad.