Ana Evans, viuda de Hernán Mendoza, relató a Rosario3.com que en la mañana de aquel fatídico 31 de octubre del año pasado sólo cinco de los diez rosarinos que viajaron a Nueva York para celebrar los 30 años de graduados del Instituto Politécnico fueron al museo Guggenheim: Ariel Erlij, Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco y Hernán Ferruchi. Los mismos que resultaron víctimas del ataque terrorista cuando pedaleaban por Manhattan.
"Hernán me pasó fotos al mediodía, ya que en el Chelsea Market tenían señal. En ese momento le pregunté qué simbolizaba la escultura que colgaba de la altura del museo. Me dijo: "Es de unos artistas chinos". Nos reímos. Le comenté que me parecía un dragón. Después me siguió mandando fotos", añadió.
Ana recuerda ese diálogo con Hernán como si fuese ayer. Sobre todo porque descubrió tiempo después algo que resultó revelador y una señal. "Quedé congelada un largo tiempo, cuando descubrí el significado de la obra que colgaba del museo", explicó.
"Efectivamente era un dragón... ¡Armado con piezas de bicicletas! Su cabeza era un montón de bicicletas retorcidas, el cuerpo era de cubiertas y la cola hecha con la goma de las cubiertas de la rueda y armaba una especie de horca. Quizás simbolizaba la muerte. Más impactante aún fue cuando busqué en Internet la muestra de arte y descubrí que su nombre era Partida precipitada", contó.
La escultura estaba hecha de elementos de bicicleta.
Ana mostró que en una foto que le mandó Hernán, su cabeza está "atravesada" por el dragón hecho por elementos de bicicletas. "Es impresionante", concluyó a Rosario3.