De familia muy humilde, Sheila ayudaba a su mamá con sus hermanitos, iba a una iglesia evangélica y también a clases de baile. Uno de sus sueños era llegar a ser bailarina. Este jueves apareció muerta en una pared que linda con la casa de sus tíos por parte de su padre, Leonela Ayala (25, embarazada), y Fabián González (24), de nacionalidad paraguaya. Desde el principio hubo cruces entre las dos familias, la del padre y la de la madre de Sheila. Mientras la mamá de la nena decía que el papá sabía quién se la había llevado, otro tío de Sheila, Martín, apuntó a una pista sobre "una deuda por drogas" y a un conocido de la madre.
El barrio Trujui de San Miguel está conmocionado por el crimen de Sheila. En el playón del predio donde fue vista por última vez, la solían ver seguido, con otros chicos del lugar, describe Clarín.
"Mi nena venía a jugar acá con ellos, no lo puedo creer", dijo este jueves por la noche una mujer, conmocionada, en la puerta del predio de Berón de Estrada.