Policiales Rosario

Fotógrafo investigado por filmar a menores con cámaras ocultas, apareció muerto

Tenía 60 años y había sido denunciado por sus dos hijas y una ex empleada. Su cuerpo apareció sin signos de violencia en su auto en Rosario.
Alrededor de las 20.30 del viernes una persona que realizaba una caminata por el Parque de la Cabecera, debajo del puente a Victoria, vio un auto Chevrolet Classic con el motor encendido y las ventanillas cerradas. Dentro del vehículo un hombre yacía en el asiento del conductor con apariencia de estar muerto. Tras una llamada a la central del 911 una dotación policial llegó a la escena y se topó con el cuerpo de Juan Eduardo Gallardo, un fotógrafo de 60 años que durante toda la jornada previa había sido denunciado públicamente por sus dos hijas y una ex empleada por haber incurrido en delitos contra la integridad sexual de niños, niñas y adolescentes, a quienes filmó en su estudio con cámaras escondidas en diferentes lugares. El cuerpo no tenia signos de violencia. Fuentes allegadas a la causa indicaron que los peritos detectaron que por una de las ventanillas entraba una manguera que estaba conectada al caño de escape del Chevrolet Classic.

El viernes los noticieros de la tele se conmocionaron por la historia que narraron tres muchachas sub 30. Las mujeres relataron la historia de un fotógrafo de 60 años, padre de dos de ellas y ex empleador de la tercera, que había filmado a niñas y adolescentes con cámaras que había colocado en distintos puntos de su estudio. "Imaginate que vos ves esto en la tele y pensás que es un monstruo. Pero de repente te das cuenta que ese «monstruo» es tu papá", explicó conmocionada Sol, una de las hijas de Gallardo, de 26 años madre de una beba. Sol, su hermana Stefania y Sofía, ex secretaria del estudio de Gallardo, dieron la cara ante la prensa y ante quien quiso escucharlas relataron lo que habían descubierto. El fotógrafo había colocado una serie de cámaras, algunas disimuladas en distintos lugares, y otras como sistema de videovigilancia para grabar y filmar a las niñas que concurrían a su estudio para realizar producciones fotográficas para cumpleaños del tipo book de fotos.

En distintos momentos del estudio que funcionaba en el barrio Cinco Esquinas, Presidente Perón entre Avellaneda y Río de Janeiro, las tres mujeres trabajaron como secretarias y asistentes. En pocas palabras las muchachas ponían la cara dándole al lugar una sensación de seguridad: "Si están estas pibas, el ambiente debe ser respetuoso hacia niñas y adolescentes". Pero no fue así. Sofía, por aquellos momentos secretaria en el estudio, detectó el pasado 1º de junio cuando se duchaba en la casa de sus amigas que "en el tacho de basura había un objeto brilloso". Revisó y encontró una cámara tipo Go Pro, de pequeñas dimensiones, muy portable, con alta definición, colocada dentro de una media negra con un agujero a la altura del lente.


"Sin decir nada", según la denuncia, Sofía le quitó a la memoria a la cámara y volvió a dejarla en el cesto. Luego fue a hablar con Stefania, hija del dueño y su amiga. "En la filmación podía verse cómo colocaba la cámara y la ocultaba con papeles", relató Sofía, quien trabajaba para Gallardo desde mediados de 2018. Las hijas del fotógrafo se dieron cuenta de que en algún momento, en los últimos años, había hallado cámaras en lugares dudosos y que ante la consulta su padre les había dado respuestas dudosas. Las jóvenes realizaron una denuncia el 16 de junio aportando filmaciones y fotos, que está bajo investigación de la fiscal de Delitos Sexuales Alejandra Raigal. Pero no fue la única denuncia contra Gallardo por esos días. El 18 de junio, dos días después de la denuncia de Sofía, una ex pareja del hombre lo denunció por amenazas y violencia de género.
Denuncias cruzadas
La relación entre las hijas y Gallardo estalló por los aires. Según contaron las muchachas, en medio de la disputa Gallardo, y con el estudio cerrado por la pandemia, les habría cedido los equipos fotográficos a manera de compensación por el trabajo que las muchachas habían realizado. Sin embargo horas más tarde el hombre radicó una denuncia por el hurto de los equipos que motivó que la tarde del jueves el domicilio de Sol fuera allanado. En el procedimiento se secuestraron cuatro cámaras Canon 5D Mark 4; una cámara Canon Mark 3; una cámara Nikon D750; seis proyectores; una sublimadora de tasa y un malacate. El equipo fue valuado en unos seis millones de pesos. "Me hizo allanar mi casa", dijo Sol. Eso llevó las cosas a un punto de no retorno y lo que era un denuncia judicial pasó a ser pública.

Las mujeres advirtieron que Gallardo estaba a punto de retomar la actividad en un otro punto de la ciudad. El 2 de mayo en su perfil de Facebook, el cual está abierto, el fotógrafo escribió: "A quienes están preocupados por nuestra desaparición les comento que en un par de semanas estaremos abriendo nuestro nuevo local" y brindó la dirección de un nuevo local en barrio Belgrano. "Lo iba a abrir por estos días. Habían anunciado que lo iba a abrir en julio", explicó Sol. Gallardo además de fotógrafo era maestro mayor de obra y estaba separado de la madre de sus hijas. En barrio Villa Nueva lo conocían por el apodo de "Gallego".


"El no aparenta el monstruo que es. Nosotros contamos todo esto y hay mucha gente que lo conocía que seguramente va a dudar. Por eso queremos que la Justicia haga algo rápido", indicó una de sus hijas. "Descanza en paz «Gallego». Una persona respetuosa. Hay que conocer a las personas antes de hablar. Un vecino de toda la vida. Hoy tu partida me afecta mucho querido amigo y vecino", fue la despida de una vecina en el muro de Facebook del hombre muerto.

Mientras las muchachas prestaban testimonio ante un noticiero y decían no saber "desde cuándo lo hace ni qué hacía con los videos", un llamado al 911 alertaba sobre el hallazgo de un cuerpo dentro de un auto en el Parque de la Cabecera, en el espacio recreativo debajo del puente a Victoria. El auto estaba estacionado en un lugar oscuro, cercano al barrio Remanso Valerio de Baigorria, donde los vecinos esta semana reportaron el robo de 35 luminarias LED del alumbrado público.

Cuando los policías llegaron se toparon con el auto del fotógrafo y su cuerpo en el interior. El motor estaba encendido y por una de las ventanillas entraba una manguera conectada al caño de escape. La hipótesis más fuerte sobre la que trabaja Fiscalía es que Gallardo murió por inhalar monóxido de carbono, aunque hasta el resultado de pericias y autopsia se investigará como muerte dudosa. En el lugar trabajó el fiscal de Homicidios Dolosos Alejandro Ferlazo pero luego el expediente pasó a su par Mariana Prunotto, de homicidios culposos.

La Capital.
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