"Me siento mal, hermano, yo no nací para matar a nadie", relató el jubilado y además explicó: "Pero tampoco para que me entren tres veces en la noche (en la casa). ¿Con que intención quería venir esta gente, cinco personas?". Ríos también relató que al lado de su vivienda vive su "comadre", que "es una persona de 80 años", y que "cuando se fueron" los delincuentes pensó que podían llegar a tomarla de "rehén".
"Pensé mil cosas, de mil maneras. . . yo no soy un delincuente", aseguró el herrero jubilado, y concluyó: "No quise en ningún momento que esta gente sufriera (por la familia de Franco Martín Moreyra), mis condolencias totales, pero era mi vida. Fue tan rápido todo".