La principal discusión está centrada bajo qué imputación será indagado Ariel Morales, el hombre de 33 años que fue detenido el viernes de la semana pasada en el barrio San Felipe, en la zona sur de Campana, sospechado de ser la persona que mató al Teniente Coronel retirado entre la noche del lunes 6 y madrugada del martes 7 de agosto.
Las alternativas que analizaba el Ministerio Público Fiscal estaba acotada a si la conducta se resumía en un homicidio en ocasión de robo, que prevé una pena de hasta 25 años de cárcel, o si podía aplicarse el homicidio criminis causae, que conlleva una pena de prisión perpetua.
En el homicidio en ocasión de robo la muerte el imputado lo que se configura es robar, nunca matar, pero consecuencia del accionar del robo tiene que matar porque la víctima se defiende o surge un imprevisto. En el criminis causae el asesino mata para ocultar el robo, o a los fines de que la víctima no pueda identificarlo o lo señale como autor, o porque para poder perpetrar el robo tiene que matar.
Para los investigadores, el hecho que se le reprocha a Morales se ajusta a esta última figura penal. En el inciso 7 del artículo 80 se especifica que "Se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua al que matare para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito".
Por lo pronto, Morales será trasladado este miércoles a Gualeguaychú por una comitiva policial que partirá temprano por la mañana y pretende regresar alrededor del mediodía. Tras esto será llevado a Fiscalía donde se le tomará declaración de imputado y luego se dispondrá de una prisión preventiva. (El Día)
