Ricardo Lizarraga, de 62 años, fue asesinado el 22 de agosto pasado, en horas de la madrugada, en la zona de Bajada Grande. Alrededor de las 2.30 de la madrugada su hijo Hernán regresaba a su casa a bordo de una moto Honda XR 400 por Avenida Estrada. En la esquina de Anacleto Medina había seis personas sobre tres motos que comenzaron a perseguirlo. El muchacho aceleró y pensó que los había perdido, pero al llegar a la casa, fue abordado antes de ingresar, los asaltantes le apuntaron con un arma y se llevaron la moto. Hernán entró, despertó a su padre, le contó lo sucedido y ambos salieron a bordo del Peugeot 505 a perseguir a los delincuentes. Los encontraron a las pocas cuadras e iniciaron una persecución. Se les acercaron y a través de la ventanilla el joven les reclamaba por su moto. Fue entonces cuando uno de ellos efectuó un disparo que se perdió en la oscuridad. En su persecución llegaron hasta la zona del Puerto Viejo y uno de los ladrones, que iba de acompañante en una moto, se dio vuelta, apuntó con una pistola calibre 9 milímetros y disparó. El balazo atravesó el parabrisas e impactó en el cuello de Lizarraga. En pocos segundos el hombre se desvaneció, el auto se descontroló y terminó impactando contra una vivienda. El hombre fue trasladado inmediatamente al Hospital Domagk, pero al llegar ya estaba fallecido.
Por el hecho fueron detenidos seis jóvenes, cuatro de ellos menores de edad. Los mayores fueron identificados como Jonathan Eduardo Esteban Roda, alias Chocho, de 18 años; y Julio Hernández, de 19 años. Ambos permanecen alojados en la Unidad Penal a la espera de que el juez resuelva su situación procesal. Los menores tienen entre 15 y 17 años. Mientras tanto, los investigadores no han encontrado aún el arma homicida.