Ese fue el inicio: “comencé a incursionarme con una cámara fotográfica grado sol de plástico. Luego empecé a revelar los primeros negativos, a escondidas de mi papá porque se enojaba”. Sus primeros trabajos fueron retratar a sus compañeros del secundario del Colegio Nacional. Tras un periodo de pausa, en 1974 comenzó a trabajar de manera comercial en un laboratorio blanco y negro. Castañeira exponía sus fotografías en una óptica de Paraná y las personas pasaban para ver si se encontraban en las imagenes: “era una forma de difundir lo que hacía”.
En 1977 tuvo su primer laboratorio a color y era el único fotógrafo del litoral que retrataba imágenes y luego las plasmaba en papel. “Ese logro me permitió mejorar un montón de aspectos en la técnica”, relató. “Tuve grandes maestros y una trayectoria muy importante. Fue una vida muy especial, muy sacrificada”, señaló. Al finalizar, el fotógrafo saludo emocionado a todos sus colegas, “a los que están y los que partieron, feliz día”. Elonce.com