El ingeniero agrónomo Carlos Morvidone, subdirector del Vivero municipal, asistió al lugar porque “lamentablemente” el ejemplar “viene decayendo desde hace un tiempo a esta parte. Ya le hemos hecho tratamientos. En su momento María Cura (recordada defensora de los árboles en Paraná) trajo un especialista y más o menos resurgió. Nos encontramos con la enorme fuerza de voluntad que tiene el árbol para seguir viviendo”, remarcó en declaraciones a Elonce TV. El especialista manifestó que “a pesar de tener más del 90 por ciento seco, todavía persiste. Con la cuadrilla de poda de Parques y Paseos, vinimos a hacer un trabajo, porque había muchas ramas secas y de gran tamaño, por lo cual buscamos reducir el riesgo de quebraduras, porque está en el patio de la escuela. Pero la idea era preservar la estructura original, si bien las ramas y el tronco principal están secos, la intención es dejar por lo menos el recuerdo de lo que fue”.
Morvidone expresó que se apunta a “ayudar a la parte viva del árbol, que estaba muy invadido por enredaderas que se retiraron”. Asimismo, “se ha fertilizado para que pueda recuperarse un poco, aprovechando sus ganas de vivir”. El ingeniero acotó que “los olivos son originarios de la cuenca del Mediterráneo, en la parte bastante árida, con un clima bastante diferente al nuestro. Este, se ve que era un ejemplar excepcional, de genética muy buen y llegó a tener un tamaño considerable, hasta más grande que en su lugar de origen”.
Y completó: “Hay que evitar que las enredaderas vuelvan a invadir los rebrotes. Le tenemos fe de que volverá a dar frutos”. Como se sabe, el olivo de la escuela Mariano Moreno es un árbol histórico protegido, un retoño traído de Europa por los primeros pobladores y bajo el cual descansaban los Jesuitas durante sus misiones. Elonce.com