Paraná La historia detrás de la ley

Justina “nos dejó algo grandioso: tener una oportunidad”, dijo su mamá

Se conmemoró el Día Nacional de Órganos y Tejidos, y en este sentido, la mamá de Justina Lo Cane dialogó con Elonce TV sobre la ley y su hija. “Fue un alma increíblemente bella que siempre se preocupó por el resto”.
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El 30 de mayo se conmemoró el Día Nacional de Órganos y Tejidos. Paola Stello, mamá de Justina, la nena de 12 años que falleció en el 2017 esperando un trasplante de corazón y que inspiró la Ley Justina, dialogó con Elonce TV. “El gran lema de Justina fue `Ayudemos a todos los que podamos´, mientras ella esperaba un trasplante que no llegó. Cuando ella falleció, nos pusimos a trabajar en los caminos que había para poder concientizar sobre la donación de órganos”, expresó a Elonce TV Paola.

La promulgación de la Ley 27.447, establece que todas las personas mayores de edad son donantes, a menos que se exprese la negatividad. “Es una ley generosa, como lo era Justina. Hicimos ciertas modificaciones, donde lo más importante, para nosotros como familia que vivimos el proceso dentro de terapia intensiva, era la falta de donantes”, dijo.
Y agregó que “sabemos que para los familiares que pierden un ser querido, no es para nada fácil decidir sobre la donación de órganos. Por luchamos tanto por la posibilidad de que todos seamos donantes, siendo mayores de 18 años, salvo que expresemos la negatividad”.

Según se supo, "la negatividad estaba en un 60% y después de la ley, bajo un 40%". Sin embargo, cabe aclarar que el rechazo a donar órganos se está dando principalmente en los menores de 18 años, "porque en esos casos los que tienen que decidir son los padres".

Paola, remarcó que Justina “pasó por este mundo y por ese proceso extremadamente doloroso, pero nos dejó algo grandioso: que todos tengamos una posibilidad. A través de sus palabras, visibilizamos la importancia de la donación de órganos para que todos tengamos una oportunidad”.

“Todavía no tomo dimensión de la ley que lleva su nombre. Es algo que va a quedar para toda la vida. Siento mucha tranquilidad, tengo la certeza de que lo que pasó con Justina, pasó por algo. Ella vino a concientizar, fue un alma increíblemente bella y esa es la paz que me deja como mamá. No le tengo miedo a la muerte, sé que ella está en un lugar luminoso”.
Pandemia y trasplantes
Paola destacó que en el país “a pesar de la situación sanitaria, siguieron haciéndose trasplante, no como en otros países que se suspendieron”.

“La pandemia dificulta mucho las cosas, porque una persona que murió por covid no puede ser donante”. Según contó, las cifras del Incucai hoy en día suben a 6.923 y “en lo que va del 2021 se hacen solamente 520 trasplantes”.

Después de que se promulgó la ley “las cifras de los trasplantes aumentaron mucho. Con la pandemia disminuyeron un poco, pero siguen creciendo. Es un montón para lo que fue la ley, pero no para lo que necesitamos en el país”.
El día a día de Paola
La mujer, se refirió a sus días sin Justina. “Obviamente para las personas que perdemos un hijo, la vida cambia 180º, no soy la misma. Pero me siento muy orgullosa de Justina por todo lo que hicimos”.

“No hay que perder las esperanzas, hay que vivir con alegría. Tengo dos hijos más que son mi motor. Obviamente que tengo mis momentos y mi intimidad con respecto a la pérdida de mi hija y no es fácil”, señaló.

El proceso de espera “es diferente en cada persona y cada personalidad. Es angustiantes y se viven momentos de incertidumbre porque uno no sabe cuándo va a llegar el trasplante”

“Cuando un paciente entra en lista de espera, es porque no está bien, ese proceso para algunas familias es más corto y positivo, pero para otras más largo y también positivo o como a nosotros, que fue extremadamente largo y termino con el deceso de Justina. Pero nosotros estuvimos muy acompañados y siempre tuvimos mucha fe”,

“El que la está pasando mal es el paciente que espera un trasplante. En ese momento, Justina se deterioraba día a día y como mamá tenía que mantenme firme y con esperanza, porque es lo que uno le tenía que brindar al familiar. Hay que tener fe y saber que todo llega”.
Justina, según su mamá
Justina “era súper pizpireta, le encantaba tener mucho amigo. Era simple y le gusta la acción social, siempre se preocupaba por el resto”. La niña “siempre fue muy alegre y muy optimista”.

“Le tenía mucho amor a la vida y ella pensaba que iba a llegar el corazón. Siempre tenía buena actitud y seguía adelante”, finalizó.
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