El caso
El 18 de enero de 2015, Alberto Nisman fue encontrado con un disparo en la cabeza en el baño de su departamento de Puerto Madero. Sucedió horas antes de presentarse ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados, que lo había convocado para interrogarlo sobre los fundamentos de su denuncia por la firma del memorándum de entendimiento con Irán.
El expediente tuvo muchas idas y vueltas. Pasó por distintos jueces y fueros. Un informe del Cuerpo Médico Forense determinó que no se podía constatar la presencia de terceras personas en el baño, por lo que se estaba más cerca de un suicidio. Pero una junta de Gendarmería Nacional afirmó que se trató de un homicidio.
Para la Justicia, el fiscal fue víctima de un plan criminal. Procesó al perito informático Diego Lagomarsino, como partícipe necesario por haberle facilitado el arma y a los custodios como encubridores del homicidio por faltar al cumplimiento de sus deberes como funcionarios públicos.
Entrecruzamientos de llamadas y peritajes informáticos podrían ofrecer información acerca de quiénes serían los autores materiales e intelectuales del crimen. También se esperan datos de Instagram en Estados Unidos porque la cuenta del fiscal tuvo actividad durante tres horas de la mañana del 18 de enero cuando, según la autopsia, ya estaba muerto. (APF)